martes, 31 de enero de 2012

¿Cuándo perdimos nuestro borde costero?

Columna publicada en El Mercurio de Valparaíso el 31 de enero de 2012


En los años 90  Valparaíso tomó una decisión determinante como ciudad, una de las pocas que ha tomado en décadas; recuperar el borde costero para los ciudadanos. Tuvo que llegar el año 2000 para que, en el marco del Bicentenario y la ya extinta “Reforma Urbana”, este anhelo se transformara en una decisión política presidencial. Se desarrollaría un proyecto para recuperar el sector Barón como espacio urbano, gracias al desvío de los vehículos que acceden al puerto a través del Camino de la Pólvora, una obra millonaria pensada para mejorar la eficiencia del puerto y la calidad de vida de la ciudad.

Discusiones más o menos, finalmente se logró acordar algunos aspectos trascendentales para el proyecto, como mantener una baja altura de las edificaciones, otorgar un 60% de la superficie para espacios públicos y preservar la bodega Simón Bolívar, un ícono de la arquitectura industrial y portuaria en Chile, entre otras.

¿Qué pasó entonces?, la frivolidad y el desprecio por aprender de las experiencias que inspiraron esta iniciativa hizo que sutilmente este anhelo se haya ido deformando, hasta encontrarnos con la construcción de un mega centro comercial en el terreno público más valioso de la ciudad. Todo lo contrario a las experiencias visitadas por alcaldes, asesores  y autoridades ministeriales, como Buenos Aires, Ciudad del Cabo, Barcelona y Génova.

Ya no habrán amplias plazas de acceso para el borde costero, sino mezquinas entradas al centro comercial, y la bodega Simón Bolívar será sólo una caricatura de sí misma, absorbida por arquitectura de dudosa calidad. La prolongación de la ciudad hacia el borde costero, en definitiva, se transformará sólo en un mega galpón de tiendas comerciales con algunos locales abiertos hacia el mar.

A los que argumentan que este s un proyecto que fomentará el turismo, ¿lo dicen por ignorancia o ironía?. Dudo que un centro comercial, como cientos hay en el mundo, pueda ser de interés para un visitante atraído por los valores culturales que la Unesco le entregó a Valparaíso. Habrá que preguntarse, ¿alguien en su sano juicio fomentaría la venta de ropa interior, planchas de zinc, azúcar y aceite en mega tiendas en el borde costero? Esa es en definitiva la propuesta vigente y que espera construirse. No hay espacios públicos de calidad, no hay comercio ni hoteles que fortalezcan el turismo y mejoren la calidad de vida de los porteños. Es sólo un centro comercial, uno mas como muchos en el mundo, que se instala en el corazón de Valparaíso desaprovechando una oportunidad única de hacer ciudad.

Hacer un borde costero con espacios públicos, comercio e infraestructura de calidad para Valparaíso es posible. Sólo se trata de convicción y decisión política. No es verdad que un centro comercial en el borde costero es lo máximo a lo que podemos aspirar. No es verdad.